1.- El aspecto principal
de los resultados de las elecciones generales del 20-D son los de expresar
políticamente la acelerada irrupción de una mayoría social que se enfrenta a la
ejecución de los recortes y al tradicional dominio bipartidista. Lo que genera
unas excelentes condiciones para la lucha contra la ejecución del proyecto
hegemonista de saqueo económico contra el 90% de la población y apropiación de
las principales riquezas nacionales.
Las elecciones generales han
sido la culminación de un largo ciclo electoral, iniciado a principios de año
con las andaluzas, donde se ha establecido una nueva correlación de fuerzas
política. Principalmente entre las fuerzas destinadas a proseguir la ejecución
de los recortes, y la mayoría social que se enfrenta a ellos.
El resultado es una
irrupción, con una expresión política desconocida en la política española, de
una mayoría social que se ha radicalizado aceleradamente en el rechazo a los
recortes y al bipartidismo.
Su magnitud e incidencia es
en primer lugar cuantitativa. En 2008,
fecha de inicio de la ejecución del proyecto hegemonista, la suma de las
fuerzas que se enfrentaban a los recortes y al bipartidismo alcanzaba los 2,02
millones de votos. En 2011 -tras la
aceleración de la ejecución de los recortes con la llamada de Obama a Zapatero-
esa cifra se elevó hasta los 3,9 millones. Capitalizada por el ascenso de IU
-hasta los 1,6 millones de votos- y la eclosión de UPyD con 1,1 millones de
votos y 5 diputados. En 2015 se ha
disparado hasta los 11,09 millones de votos.
Ya se está intentando
minusvalorar su incidencia, bajo el argumento de que el bipartidismo
tradicional -PP y PSOE- siguen siendo la primera y la segunda fuerza política,
pero esta es la corriente que avanza cada vez con mayor velocidad, y que se
expresa en múltiples direcciones.
Más allá de la línea o el
programa que defiende, los casi 5,2 millones de votos a Podemos el 20-D son
expresión del avance de este viento popular contra los recortes y el dominio
bipartidista. Convertida en primera fuerza, en votos y escaños, en Cataluña, o
en votos en Euskadi, y disputando al PSOE el papel de segunda fuerza política a
nivel nacional, algo impensable hace tan solo dos años.
Expresada también en la
irrupción de Ciudadanos, que más allá del empeño en igualarlo a la derecha, ha
sido apoyado por 3,5 millones votantes que en su inmensa mayoría se han
movilizado por el rechazo al dominio bipartidista.
O por la resistencia de IU,
que en las peores condiciones posibles, y a pesar de que la Ley D´Hont los
reduce a tan solo dos escaños, conserva casi un millón de votos de una base
social tradicionalmente enfrentada a los recortes, a nuestra supeditación a la
OTAN...
Junto a los votos de muchos
partidos, con o sin representación parlamentaria, entre los que se encuentra el
avance, todavía modesto pero significativo de los votos a Recortes Cero-Grupo
Verde.
El aspecto principal del
proyecto hegemonista para España es el de dar un nuevo salto en el saqueo
económico sobre el 90% y en la apropiación de las principales fuentes de
riqueza nacionales.
Así se ha demostrado con la
irrupción en plena campaña electoral del “Informe de Vigilancia” de la Comisión
Europea sobre España. Exigiendo para el año próximo una nueva vuelta de tuerca
en la reforma laboral, la aceleración de la privatización de Bankia o nuevos
recortes por valor de 9.000 millones para cumplir con los objetivos de
reducción del déficit.
La irrupción política, en una
magnitud desconocida, de este viento popular que, más allá de las posiciones de
las direcciones de las fuerzas que lo representan, se enfrenta objetivamente a
los recortes y al dominio bipartidista es objetivamente una dificultad para su
ejecución.
Y genera mejores condiciones
para proseguir la lucha contra su ejecución.
2.- Siete años de
ejecución del proyecto hegemonista de saqueo sobre el 90% han provocado una
abrupta y acelerada caída del bipartidismo.
La suma de PP y PSOE ha
perdido 5,12 millones de votos, un 28,77% de los que tenían en 2011. Han pasado
de suponer el 73,39% de los votos a solo el 50,73%. Quedando reducidos al
36,36% del censo.
Una caída que alcanza su
verdadera magnitud si la comparamos con 2.008, fecha de inicio de la ejecución
del proyecto hegemonista en España, acelerado desde 2010.
Desde 2008 la suma de PP y
PSOE ha perdido 9 millones de votos. Y su caída no solo no se detiene sino que
se acelera. Si de 2008 a 2011 perdieron 3,7 millones de votos, de 2011 a 2015
se han dejado 5,12 millones.
La debacle del PP se agudiza
especialmente en los que habían sido sus principales feudos, desde Valencia a
Madrid o Murcia, y en Cataluña o Euskadi.
Solo los resultados en
Andalucía han permitido al PSOE mantenerse como segunda fuerza política, pero
cosechando los peores resultados en unas elecciones, 20 escaños por debajo del
batacazo de Rubalcaba en 2011.
A pesar de mantenerse como
primera y segunda fuerza política, esta caída del bipartidismo representa un
problema de gobernabilidad de primer orden para el hegemonismo y la oligarquía,
que va a influir en la ejecución de su proyecto sobre España.
3.- Tras las elecciones se
van a intensificar por parte del hegemonismo la presión para reconducir y
encauzar el avance del rechazo a los recortes y el bipartidismo hacia límites
que no solo acepten sino acaben reforzando los pilares fundamentales del
dominio hegemonista y oligárquico.
Las
nuevas fuerzas emergentes llamadas a participar en este proceso de cambio
político y regeneración democrática, Podemos y Ciudadanos, presentan un doble
carácter.
Su irrupción forma
parte del avance del viento popular y patriótico, dada la posición de sus bases
y votantes, altamente movilizados en contra del bipartidismo y en el rechazo a
las consecuencias del saqueo, especialmente en el caso de Podemos.
Pero al mismo tiempo,
la línea impulsada por sus direcciones representa la “domesticación” de ese viento popular y
patriótico, castrando su parte más rupturista y conduciéndolo a “integrarse” en
el nuevo modelo sin desbordar los límites impuestos por los intereses fundamentales
de la clase dominante.
La ejecución del
proyecto hegemonista de saqueo sobre el 90% ha hecho retroceder al viejo
bipartidismo, hasta el punto de que el modelo vigente desde el 78 ya no sirve
para gestionar los intereses de la oligarquía y el hegemonismo. Obligando a la
necesidad de un “cambio político” para garantizar y fortalecer el dominio
hegemonista y oligárquico.
Asi lo anunciaba a
principios de 2013 el “Informe confidencial al embajador [norteamericano en
Madrid] Salomon”, donde se advertía de que EEUU “no puede permitir que una
pieza militar clave para el Norte de África como España entre en un período de
desestabilización política, social y económica descontrolado”. En él se
proponía que “como ocurrió en los años 70 con la transición”, las grandes
potencias imperialistas con intereses en España se coaliguen para “ayudar y
controlar” la situación española. O, en su caso, pilotar una “segunda
transición”, una reforma constitucional que sustituya el viejo modelo
bipartidista por otro. Y concluía advirtiendo sobre la inexistencia de nuevos
dirigentes “no contaminados con el régimen que hoy se tambalea”, aunque
aseguraba sin ningún género de dudas que, “llegado el momento, los nuevos
protagonistas de la reforma aparecerán”.
Las elecciones del
20-D, y su posterior resolución bajo la forma de nuevos pactos y alianzas, van
a acabar de definir este nuevo modelo político, donde lo principal es
salvaguardar las “líneas rojas marcadas por Washington y Berlín: la ineludible
aceptación del euro, y por tanto el acatamiento en lo sustancial de la Europa
alemana. Y la permanencia de la OTAN y las bases, y con ello la aceptación del
estatus quo de España como peón militar de la maquinaria bélica yanqui y
plataforma para sus necesidades en Europa, el Norte de África y Oriente Medio.
4.- Los resultados
especialmente en Cataluña, pero también en Euskadi, son excelentes para el
avance de la defensa de la unidad frente a los proyectos de fragmentación.
En primer lugar por la
histórica debacle de Convergencia, cabeza bajo el liderazgo de Artur Mas de los
proyectos de fragmentación, que ha perdido 450.000 votos, el 44% de los que
tenía en 2011.
A pesar del avance de ERC, la
suma de los votos a formaciones independentistas en Cataluña ha descendido casi
un 10% respecto a las generales de 2011, con 106.000 votos menos. Si lo
comparamos con las recientes elecciones autonómicas, las fuerzas encuadradas
bajo la candidatura de Junts pel Sí (Convergencia y ERC) se han dejado casi
medio millón de votos.
Las principales fuerzas que defienden
la fragmentación tanto en Euskadi como en Galicia también han recibido un
severo castigo. EH Bildu ha perdido el 35% de los votos que tenía. Y el BNG ha
quedado fuera del Congreso, donde hasta ahora tenía 2 diputados.
A pesar de su ambigüedad y vacilaciones
en la defensa de la unidad, que Podemos, una fuerza no independentista desde la
izquierda, se haya convertido en primera fuerza en Cataluña -tanto en votos
como en escaños- y en Euskadi -en votos- es una buena noticia.
5.- Los resultados de Recortes
Cero-Grupo Verde son excelentes, y nos refuerzan como una alternativa y una
referencia en la lucha contra los recortes.
En unas condiciones
especialmente adversas (por la polarización del “voto útil” de la izquierda en
Podemos, un “tsunami” que ha arrasado a otras fuerzas de más larga trayectoria,
y a causa del boicot de los grandes medios de comunicación) hemos superado en
más de 17.000 -un 55% más- los votos de las europeas.
Hemos crecido en las 52
circunscripciones en que nos hemos presentado. Pero en territorios cualitativos
nuestros resultados han sido incluso mejores que la media nacional.
Especialmente en Cataluña -casi duplicando el porcentaje de votos en toda
España- y manteniendo los avances conquistados en las pasadas autonómicas de
septiembre. Pero con avances significativos también en Galicia, Canarias o
Navarra.
Los votos al Senado, donde no
ha funcionado con la misma intensidad el “voto útil” y existe mayor libertad
para expresar el apoyo o simpatía, los votos a los principales senadores de
Recortes Cero-Grupo Verde se han disparado hasta los 117.400, casi triplicando los votos al Congreso.
Junto a la extensión
territorial y la ampliación de la organización, especialmente cualitativa más
allá de su traducción en votos.
Lo que genera muchas mejores
condiciones para convertir a Recortes Cero y a la línea de Redistribución de la
Riqueza, Defensa de la Soberanía Nacional, Ampliación de la Democracia, Defensa
de la unidad del pueblo trabajador y Frente Amplio del 90% que defendemos en
una alternativa para la mayoría social que se moviliza contra los recortes.
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