Una candidatura para unir al 90%
donde estén representados todos los sectores que
sufrimos los recortes y el saqueo impuestos por
el FMI y Berlín,
desde la base, pueblo a pueblo y ciudad a ciudad
con un programa que coja como centros:

- Redistribución de la riqueza
- Ampliación de la democracia
- Defensa de la soberanía nacional
- Unidad de todos los sectores afectados por la crisis

lunes, 21 de diciembre de 2015

PRIMERA VALORACIÓN ELECCIONES GENERALES 2015





1.- El aspecto principal de los resultados de las elecciones generales del 20-D son los de expresar políticamente la acelerada irrupción de una mayoría social que se enfrenta a la ejecución de los recortes y al tradicional dominio bipartidista. Lo que genera unas excelentes condiciones para la lucha contra la ejecución del proyecto hegemonista de saqueo económico contra el 90% de la población y apropiación de las principales riquezas nacionales.

Las elecciones generales han sido la culminación de un largo ciclo electoral, iniciado a principios de año con las andaluzas, donde se ha establecido una nueva correlación de fuerzas política. Principalmente entre las fuerzas destinadas a proseguir la ejecución de los recortes, y la mayoría social que se enfrenta a ellos.
El resultado es una irrupción, con una expresión política desconocida en la política española, de una mayoría social que se ha radicalizado aceleradamente en el rechazo a los recortes y al bipartidismo.
Su magnitud e incidencia es en primer lugar cuantitativa. En 2008, fecha de inicio de la ejecución del proyecto hegemonista, la suma de las fuerzas que se enfrentaban a los recortes y al bipartidismo alcanzaba los 2,02 millones de votos. En 2011 -tras la aceleración de la ejecución de los recortes con la llamada de Obama a Zapatero- esa cifra se elevó hasta los 3,9 millones. Capitalizada por el ascenso de IU -hasta los 1,6 millones de votos- y la eclosión de UPyD con 1,1 millones de votos y 5 diputados. En 2015 se ha disparado hasta los 11,09 millones de votos.
Ya se está intentando minusvalorar su incidencia, bajo el argumento de que el bipartidismo tradicional -PP y PSOE- siguen siendo la primera y la segunda fuerza política, pero esta es la corriente que avanza cada vez con mayor velocidad, y que se expresa en múltiples direcciones.
Más allá de la línea o el programa que defiende, los casi 5,2 millones de votos a Podemos el 20-D son expresión del avance de este viento popular contra los recortes y el dominio bipartidista. Convertida en primera fuerza, en votos y escaños, en Cataluña, o en votos en Euskadi, y disputando al PSOE el papel de segunda fuerza política a nivel nacional, algo impensable hace tan solo dos años.
Expresada también en la irrupción de Ciudadanos, que más allá del empeño en igualarlo a la derecha, ha sido apoyado por 3,5 millones votantes que en su inmensa mayoría se han movilizado por el rechazo al dominio bipartidista.
O por la resistencia de IU, que en las peores condiciones posibles, y a pesar de que la Ley D´Hont los reduce a tan solo dos escaños, conserva casi un millón de votos de una base social tradicionalmente enfrentada a los recortes, a nuestra supeditación a la OTAN...
Junto a los votos de muchos partidos, con o sin representación parlamentaria, entre los que se encuentra el avance, todavía modesto pero significativo de los votos a Recortes Cero-Grupo Verde.
El aspecto principal del proyecto hegemonista para España es el de dar un nuevo salto en el saqueo económico sobre el 90% y en la apropiación de las principales fuentes de riqueza nacionales.
Así se ha demostrado con la irrupción en plena campaña electoral del “Informe de Vigilancia” de la Comisión Europea sobre España. Exigiendo para el año próximo una nueva vuelta de tuerca en la reforma laboral, la aceleración de la privatización de Bankia o nuevos recortes por valor de 9.000 millones para cumplir con los objetivos de reducción del déficit.
La irrupción política, en una magnitud desconocida, de este viento popular que, más allá de las posiciones de las direcciones de las fuerzas que lo representan, se enfrenta objetivamente a los recortes y al dominio bipartidista es objetivamente una dificultad para su ejecución.
Y genera mejores condiciones para proseguir la lucha contra su ejecución.


2.- Siete años de ejecución del proyecto hegemonista de saqueo sobre el 90% han provocado una abrupta y acelerada caída del bipartidismo.

La suma de PP y PSOE ha perdido 5,12 millones de votos, un 28,77% de los que tenían en 2011. Han pasado de suponer el 73,39% de los votos a solo el 50,73%. Quedando reducidos al 36,36% del censo.
Una caída que alcanza su verdadera magnitud si la comparamos con 2.008, fecha de inicio de la ejecución del proyecto hegemonista en España, acelerado desde 2010.
Desde 2008 la suma de PP y PSOE ha perdido 9 millones de votos. Y su caída no solo no se detiene sino que se acelera. Si de 2008 a 2011 perdieron 3,7 millones de votos, de 2011 a 2015 se han dejado 5,12 millones.
La debacle del PP se agudiza especialmente en los que habían sido sus principales feudos, desde Valencia a Madrid o Murcia, y en Cataluña o Euskadi.
Solo los resultados en Andalucía han permitido al PSOE mantenerse como segunda fuerza política, pero cosechando los peores resultados en unas elecciones, 20 escaños por debajo del batacazo de Rubalcaba en 2011.
A pesar de mantenerse como primera y segunda fuerza política, esta caída del bipartidismo representa un problema de gobernabilidad de primer orden para el hegemonismo y la oligarquía, que va a influir en la ejecución de su proyecto sobre España.

3.- Tras las elecciones se van a intensificar por parte del hegemonismo la presión para reconducir y encauzar el avance del rechazo a los recortes y el bipartidismo hacia límites que no solo acepten sino acaben reforzando los pilares fundamentales del dominio hegemonista y oligárquico.

Las nuevas fuerzas emergentes llamadas a participar en este proceso de cambio político y regeneración democrática, Podemos y Ciudadanos, presentan un doble carácter.
Su irrupción forma parte del avance del viento popular y patriótico, dada la posición de sus bases y votantes, altamente movilizados en contra del bipartidismo y en el rechazo a las consecuencias del saqueo, especialmente en el caso de Podemos.
Pero al mismo tiempo, la línea impulsada por sus direcciones representa  la “domesticación” de ese viento popular y patriótico, castrando su parte más rupturista y conduciéndolo a “integrarse” en el nuevo modelo sin desbordar los límites impuestos por los intereses fundamentales de la clase dominante.
La ejecución del proyecto hegemonista de saqueo sobre el 90% ha hecho retroceder al viejo bipartidismo, hasta el punto de que el modelo vigente desde el 78 ya no sirve para gestionar los intereses de la oligarquía y el hegemonismo. Obligando a la necesidad de un “cambio político” para garantizar y fortalecer el dominio hegemonista y oligárquico.
Asi lo anunciaba a principios de 2013 el “Informe confidencial al embajador [norteamericano en Madrid] Salomon”, donde se advertía de que EEUU “no puede permitir que una pieza militar clave para el Norte de África como España entre en un período de desestabilización política, social y económica descontrolado”. En él se proponía que “como ocurrió en los años 70 con la transición”, las grandes potencias imperialistas con intereses en España se coaliguen para “ayudar y controlar” la situación española. O, en su caso, pilotar una “segunda transición”, una reforma constitucional que sustituya el viejo modelo bipartidista por otro. Y concluía advirtiendo sobre la inexistencia de nuevos dirigentes “no contaminados con el régimen que hoy se tambalea”, aunque aseguraba sin ningún género de dudas que, “llegado el momento, los nuevos protagonistas de la reforma aparecerán”.
Las elecciones del 20-D, y su posterior resolución bajo la forma de nuevos pactos y alianzas, van a acabar de definir este nuevo modelo político, donde lo principal es salvaguardar las “líneas rojas marcadas por Washington y Berlín: la ineludible aceptación del euro, y por tanto el acatamiento en lo sustancial de la Europa alemana. Y la permanencia de la OTAN y las bases, y con ello la aceptación del estatus quo de España como peón militar de la maquinaria bélica yanqui y plataforma para sus necesidades en Europa, el Norte de África y Oriente Medio.

4.- Los resultados especialmente en Cataluña, pero también en Euskadi, son excelentes para el avance de la defensa de la unidad frente a los proyectos de fragmentación.

En primer lugar por la histórica debacle de Convergencia, cabeza bajo el liderazgo de Artur Mas de los proyectos de fragmentación, que ha perdido 450.000 votos, el 44% de los que tenía en 2011.
A pesar del avance de ERC, la suma de los votos a formaciones independentistas en Cataluña ha descendido casi un 10% respecto a las generales de 2011, con 106.000 votos menos. Si lo comparamos con las recientes elecciones autonómicas, las fuerzas encuadradas bajo la candidatura de Junts pel Sí (Convergencia y ERC) se han dejado casi medio millón de votos.
Las principales fuerzas que defienden la fragmentación tanto en Euskadi como en Galicia también han recibido un severo castigo. EH Bildu ha perdido el 35% de los votos que tenía. Y el BNG ha quedado fuera del Congreso, donde hasta ahora tenía 2 diputados.
A pesar de su ambigüedad y vacilaciones en la defensa de la unidad, que Podemos, una fuerza no independentista desde la izquierda, se haya convertido en primera fuerza en Cataluña -tanto en votos como en escaños- y en Euskadi -en votos- es una buena noticia.

5.- Los resultados de Recortes Cero-Grupo Verde son excelentes, y nos refuerzan como una alternativa y una referencia en la lucha contra los recortes.

En unas condiciones especialmente adversas (por la polarización del “voto útil” de la izquierda en Podemos, un “tsunami” que ha arrasado a otras fuerzas de más larga trayectoria, y a causa del boicot de los grandes medios de comunicación) hemos superado en más de 17.000 -un 55% más- los votos de las europeas.
Hemos crecido en las 52 circunscripciones en que nos hemos presentado. Pero en territorios cualitativos nuestros resultados han sido incluso mejores que la media nacional. Especialmente en Cataluña -casi duplicando el porcentaje de votos en toda España- y manteniendo los avances conquistados en las pasadas autonómicas de septiembre. Pero con avances significativos también en Galicia, Canarias o Navarra.
Los votos al Senado, donde no ha funcionado con la misma intensidad el “voto útil” y existe mayor libertad para expresar el apoyo o simpatía, los votos a los principales senadores de Recortes Cero-Grupo Verde se han disparado hasta los 117.400, casi triplicando los votos al Congreso.
Junto a la extensión territorial y la ampliación de la organización, especialmente cualitativa más allá de su traducción en votos.

Lo que genera muchas mejores condiciones para convertir a Recortes Cero y a la línea de Redistribución de la Riqueza, Defensa de la Soberanía Nacional, Ampliación de la Democracia, Defensa de la unidad del pueblo trabajador y Frente Amplio del 90% que defendemos en una alternativa para la mayoría social que se moviliza contra los recortes.

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